Todos tenemos razones para vivir, incluso en las situaciones más
duras (basta recordar a Viktor E. Frank y su viviencia con compañeros de los campos de concentración). Algunas guardan relación con nuestros valores, con nuestra propia
situación y con nuestra propia vida, presente o futura. Otras con nuestros seres queridos. Cada cual tiene las suyas (en la app Prevensuic pueden personalizarse). Aquí se proponen
algunas:
Sobre mí y mi
situación
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Sé que esta situación es dura, pero también pasajera.
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No voy a tomar una decisión definitiva para un problema temporal.
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Soy suficientemente fuerte para superar esta situación. Puedo con esto.
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Sé que con tiempo encontraré la forma de disfrutar de la vida.
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Seguro que encontraré otras formas de solucionar todo esto.
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Realmente no quiero morir.
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Me da miedo la muerte.
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Por dolorosas que sean, estas cosas son inherentes a la vida y debemos
asumirlas.
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Me quiero y valoro lo suficiente como para no acabar conmigo.
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Aunque para unos es más fácil que para otros, la vida conlleva dificultades y etapas
dolorosas.
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Tengo miedo a lo desconocido.
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El futuro no tiene por qué ser siempre oscuro.
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No creo que fuese a estar mejor.
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Ni siquiera es seguro que lo consiga y tengo que pensar en las nefastas consecuencias
que eso puede conllevar.
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Siempre lo puedo dejar para otro momento.
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Va en contra de mis principios ideológicos o religiosos.
Sobre los demás
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No puedo hacerles esto a los míos ni quiero hacerles sentir culpables.
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Personas a las que quiero no tienen la culpa ni tienen porqué pagarlo con su
sufrimiento.
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No puedo abandonar mis responsabilidades y dejárselas a otros.
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No voy a dar ese gusto a algunos/as…
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¿Qué iba a ser de las personas a las que quiero?